El Vidente

Miguel Ángel Poblete nació en Curicó el 27 de Mayo de 1966; a la fecha del comienzo de las apariciones tenía en consecuencia 17 años. Hijo de madre soltera que lo abandonó a los pocos días de nacido, entregándolo a una enfermera del Hospital de dicha ciudad; la enfermera lo entregó a doña Emelina Jara. Esta señora que tenía tres hijos de su matrimonio, mantenía además un hogar para niños abandonados y recibió a Miguel Ángel a quien le tomó un especial afecto y cariño pues debió criarlo prácticamente desde recién nacido.

Toda la infancia y niñez del muchacho transcurrieron pues en un hogar donde recibió cariño y atención, guardando de este período sus mejores recuerdos. Allí recibió los rudimentos de una educación religiosa bastante elemental, pero que fueron suficientes para mantenerlo sin contaminarse con las prácticas viciosas de los ambientes en que posteriormente debió convivir; estos rudimentos religiosos eran casi los únicos que conservaba al momento de iniciarse las apariciones. En el año 1975, doña Emelina enviudó quedando en una situación económica muy difícil, lo que la obligó a cerrar el hogar de menores que mantenía, y trasladarse a Santiago a vivir con una de sus hijas ya casada. Por razones económicas y familiares, en el curso del año1978 se vio obligada a ingresar a Miguel Ángel al hogar de menores El Cañaveral (camino a Farellones). Se inicia aquí una azarosa etapa en la vida del niño que jamás se acostumbró a la vida y ambiente de estos hogares, escapándose continuamente de ellos y siendo colocado en otros hogares, todos con muchas deficiencias en relación con su ambiente y la atención prestada a los menores. Al iniciarse las apariciones, el joven estaba asilado en el hogar de menores Van Buren de Villa

Alemana siguiendo un curso de peluquería y algunos estudios de primero medio, curso que no aprobó. Por circunstancias del todo ajenas a la responsabilidad del muchacho, fue expulsado de dicho hogar a fines de Julio de 1983, siendo acogido en una modesta casa de Quilpué de la familia Comelín que el muchacho conocía desde hacía algún tiempo. En esta casa residió hasta principios de Octubre fecha en que por recomendación del Padre Jaime Fernández Montero, jefe de la comisión episcopal investigadora, se trasladó a vivir con el Padre Luis Fernández en la casa parroquial de Santa María del Sol. En Noviembre Monseñor Valenzuela solicitó al Padre Luis Fernández que no tuviera más al joven en la parroquia.

Fue recibido por la familia Aravena Elliott, un matrimonio muy cristiano que vive en la comuna de Independencia, en Santiago, donde Miguel Ángel encontró un ambiente familiar y estable.

Más tarde por necesidad de estar en un lugar más cercano a Villa Alemana, ya que las Apariciones era muy seguidas, se fue a vivir a la casa de María Luisa Paredes, quien tenía un sencillo hogar en Peñablanca(*).

En estos dos hogares recibió muy buen ejemplo y el cariño, que tantas veces le faltó cuando estuvo en los hogares de menores y donde muchas veces sufrió duras agresiones.

(*)María Luisa Paredes escribió un libro sobre las Apariciones.

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